martes, 15 de diciembre de 2015

...LA PREPARACIÓN MAS ALLÁ DE LO FÍSICO...

Hola a todos. ¡Vaya tela con la carrera del Pocito!... ¡Aun me tiemblan las piernas! El nombre de esta prueba no da pistas sobre lo que te espera cuando te pones en la linea de salida.:... EL POCITO... ¡Que nombre tan fraternal! Si cierro los ojos y pienso en "un pocito" solo veo una pradera verde donde por un brocal emana un manantial que riega  almendros en flor, de los que  fluye un dulce aroma que inunda un bello paisaje presidido por el Astro Rey...
Os puedo asegurar que estas palabras no describen la carrera, pues la prueba no es que sea dura... ES DURISIMA. Quizás se debería llamar "El Pozo del Diablo"... "el Tunel del Inframundo" o mejor... "El Trail de la Muerte", un nombre que te aterrorizase con solo pensar en correr.

Cuando Galo me dijo que si me apetecía correrla, le dije que si, sin problema:"- ¿28 kilómetros y 1200 metros de desnivel positivo?, cuando quiera machote, que eso nos lo corremos tu y yo haciendo un entrenamiento...-" Y si que fue un entrenamiento...EL ENTRENAMIENTO INFERNAL... ¡Menudo circuito nos esperaba escondido entre los montes bajos que rodean la población de Calamonte!: subidas interminables, pedreras, cortafuegos, senderos y bajadas de fuertes pendientes donde la única manera de bajar era tirarse, como dice el Galo, a tumba abierta...
...LO DIFUSO...

Pero hoy no voy a hablar de esta magnifico trail que me ha dejado fascinado por su dureza, su recorrido y su buena organización. Eso sera en breve. Hoy quiero hablar de la preparación mas allá de lo físico que requiere una carrera de esta características.

Cuando vi las fotos que mi maravillosa Henar nos hizo cuando estábamos llegando a meta, me quede impactado con la imagen que he colocado encima de estas lineas. Y el impacto no fue por su belleza, sino por su desenfoque, su borrosidad y por la nebulosa que la invade... era como si Henar hubiese podido atrapar en una fotografía como me había sentido desde la salida hasta la meta, luchando por sacar la niebla que se había colado en mi cabeza.

Cuando pienso en la carrera no tengo un recuerdo claro de nada,  tan solo de ir corriendo como un zombi subiendo, bajando y arrastrándome detrás del Galo, el cual, mas fuerte que el "vinagre", aderezaba con su dialéctica  la nebulosa que había ocupado mi mente: "estas mas flojo que la cuerda de guita".

Toda esta sensación de descontrol mental merecía una reflexión para evaluar el segundo test de la temporada, pues a pesar de que en ningún momento de la carrera me había sentido flojo ni  cansado y el resultado  había sido bastante optimo, no había sido capaz de sentir el control de mi mente, llevando descontrolando mi pensamiento y generandome una incapacidad total para dosificar mi esfuerzo y ser capaz de decidir cuando apretar o aflojar.

La reflexión me llevo a que no había preparado bien esta carrera:  había subestimado la prueba y sobrestimado mi "psico-" al pensar que no iba a sentir el vértigo que produce una carrera de 28 kilómetros  por canchales y pedreras.

Cuando hablamos de gestas, heroicas y demás hazañas, mucha gente nos pregunta que cuantas horas dedicamos a entrenar. Yo siempre digo que entrenamos  lo que podemos y nos permiten nuestros cuerpos y nuestras responsabilidades familiares, pero quizás, lo que nos hace salir en la noche o en la madrugada, para hacer tiradas con lluvia y frio, es el entrenamiento invisible al que exponemos a nuestras cabezas usando como herramientas las motivación y el entusiasmo, y que quizás, desde mi humilde perspectiva es casi mas importante que el entrenamiento físico. 
Prepararse mas allá de lo físico es preparar la mente  para  creer ser capaz y poder soñar con la superación máxima del proceso hacia el objetivo. Esa preparación mental es la que junto con la planificación organizativa de una gesta nos hace correr sobrepasando los limites hacia nuevos horizontes.

Durante estos meses quizás este corriendo mas que nunca, y probablemente sea cuando mejor estado físico este alcanzado, pero la mala preparación mental de la carrera y la falta de concentración, me hicieron correr como si fuese descalzo pisando ascuas de fuego. 

Como evaluación del test, quedo muy satisfecho con mi estado fisico, pero hay que seguir trabajando la mente para que cuando llegue el dia señalado, superemos nuestro objetivo que ya se va acercando: los 155  de los Bandoleros.

En breve la cronica.




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