viernes, 26 de septiembre de 2014

LOS CUATRO PROMONTORIOS: CRONICA DE UN DIA DE ENTRENO.

Veintidós cero cero... la hora de los valientes...
...el otoño comenzaba a pedir paso al verano y en la calle Azucena solo de vislumbraban dos siluetas: Jesus, cargado hasta arriba con su mochila, y Galo, que había venido a despedirse de nosotros apesadumbrado por no poder asistir a tan alta cita. Tras recordarnos que le llamásemos si necesitábamos que alguien fuera a por nosotros en algun momento de la ruta, nos acompaño hasta el camino, donde Jesus y yo, desaparecimos en la oscuridad arropados por el manto de la noche.
Jesus estaba emocionado, había preparado su mochila como si realmente estuviésemos corriendo la ultra de Gredos. Llevaba de todo, hasta una gorra, lo cual me sorprendió, pues tratándose de un entrenamiento nocturno, de poco se iba a proteger con ella...
La ruta, era un circuito circular, de unos setenta y pico kilómetros, y su dureza radicaba, mas que en las subidas a los cuatro promontorios, en las bajadas campo a través apoyados por la luz de nuestros frontales.

Poco a poco, fuimos haciendo kilómetros. Rapidamente llegamos al barrio de Santa Barbara por la via verde que une nuestro barrio con Toledo, y ya desde alli, comenzaron a remontar las primeras cuestas para subir a la ermita del Valle. Desde este enclave, tomamos el camino que cruza hacia los pueblos altos, donde, entre conversaciones y risas, ni nos enteramos que habiamos pasado Cobisa y  estábamos llegando a Arges. Alli, pusimos dirección al pantano, donde cogimos  un sendero de gran belleza que transitaba pegado a la orilla y que nos llevo directos a la población de Layos.
Ya llevábamos 20 kilómetros. Paramos en la plaza. No eran mas de las 12 y no se oía ni un alma. Teníamos que coger agua, pues hasta el kilómetro 50 no volveríamos a tener una fuente, y en los próximos treinta kilómetros nos esperaban las cuatro subidas a los promontorios. Cargados hasta arriba de agua y víveres, comenzamos a trotar dirección el primer promontorio: La sierra Layos. 
Por el camino nos sorprendieron varios chotacabras que asustados por nuestra presencia, volaban desorientados en la noche. Y sin dejar de subir por caminos y senderos dimos caza al primer promontorio. Desde arriba nos situamos y nos tiramos monte a través, dirección al segundo objetivo: las tierras de las Tortugas. Entre sembrados y barbechos, nos situamos en no mas de una hora a pie de sierra. Jesus no paraba de darme las gracias por haber organizado esta ruta, yo, de mismo modo, le daba las gracias por haberse querido venir (hay que estar muy loco para querer estar corriendo toda la noche). 
No podíamos olvidar a nuestros compañeros, Jose y Galo, que por diferentes motivos no habían podido asistir a la cita con el test bio-psico-fisico. Las tierras de las Tortugas nos recordaba la unión del equipo, pero ahora estábamos solos ante el peligro... y recordábamos los consejos de Antonio Jotami, de los fondistas Toledanos,  que tiempo atrás  nos había prevenido que el guarda de esta fincas era de armas tomar, y que lo que nosotros llamábamos las Tierras de las Tortugas... no eran mas que la Sierra de Burguillos... pero tras el símil con el Quijote... y tras superar estas tierras no sin tensión, ahora si, nos dirigiamos hacia las sierras de los Gigantes, o eso es lo que parecían los molinos del campo eólico de la sierra de Nambroca: tercer promontorio.
Tras alcanzar el ultimo molino, y acariciados por el viento de las aspas, nos tiramos, literalmente, monte abajo, hasta que pasados varios kilometros dimos con un camino que nos pareció bueno para llegar a la poblacion de Almonacid. 
Las primeras luces del pueblo nos dieron la bienvenida, al igual que unos perros que somnolientos ladraban al silencio. Jesus se había quedado sin agua, pero aun no podíamos ir a la fuente... teníamos que hacer la ultima subida: el cuarto promontorio... el viejo castillo de Almonacid. Buscando el sendero mas empinado y pedregoso tocamos los muros que desde tiempos del Cid no veian gesta tan grande. Nos habíamos ganado un poquito de agua... era el kilómetro cincuenta... y aun las risas no se despegaban de nuestra expresión. En la plaza llenamos agua para llegar  a Toledo. En nuestro desvarío mental, pensamos que quizás encontraríamos una maquina de coca colas... pero no... nadie habia pensado que quizas un dia un par de locos pasarian por el pueblo a las tantas de la madrugada y quisieran beberse un refresco.
Salimos del pueblo no se a que hora... solo se que al mismo tiempo salio un autobus con direccion desconocida. Hasta Nambroca, entre viñedos y arroyos, no paramos de reírnos de lo que habría pensado el conductor del bus cuando nos vio salir de la noche... ¡Vaya par de colgados!...
Y como dice nuestro mister Simeone... metro a metro, kilómetro a kilómetro, el alba nos fue sorprendiendo cuando llegábamos a la urbanización de las Nieves... En menos de 15 minutos, y con un ritmo endiablado, bajamos a Toledo... a nuestra via Verde... a nuestra union con la ciudad... a nuestra autopistas hacia nuestras familias...
72 kilometros, 2125 metros de ascensión positiva acumulada...once horas de entrenamiento en equipo...varias llamadas de Henar a diversas horas de la madrugada  para ver que tal estábamos... unos cafes con Felix, gran corredor del barrio...y unos bollos pagados por el dueño de la tahona...
Habia sido una noche espectacular, estábamos muy contentos de haber realzado este entrenamiento, el test era sobresaliente en todos los aspectos, habíamos aguantado la dureza de la noche y las piernas no tenian muchas ganas de llorar...
Pero el dia acababa de empezar... y sin pegar ojo nos fuimos a celebrar una fiesta a la Huerta... donde las piernas siguieron haciendo kilometros... ahora no corriendo... sino bailando con mi Princesa Henar.

SIGUIENDO CON EL ENTRENAMIENTO...AL FONDO MI PRIMO BOB...
Y asi fue como pase el dia... corriendo y bailando... y sin morir en el intento...Ahora ya estamos concentrados al máximo pensando en la Ultra de Gredos... bueno concentrado a medias, pues este fin de semana se casa mi prima Angelica y Marci, y tendre que seguir haciendo el entrenamiento bailando en la boda... Desde aqui os quiero desear todo lo mejor como pareja y que la fiesta que empezamos en Navidad, cuando nos anunciasteis vuestro compromiso,dure eternamente. 
¡VIVAN LOS NOVIOS!
MARCI Y ANGELICA: ¡FELICIDADES!

Y para terminar, tambien quiero felicitar a Jose y Galo pues el domingo se marcaron un entreno de cincuenta kilometros muy majos... tambien denominados La Gestita... pero esto lo hablaremos otro dia...
HASTA PRONTO...

No hay comentarios:

Publicar un comentario